Pero, ¡hay buenas noticias! Esos días malos pasan y, con tiempo y perseverancia, en unas pocas semanas estarás deseando correr más y más. ¿Quieres saber cómo puedes pasar de ser una corredora dummie a ser una corredora pro? Vamos a darte unos consejos para que ese primer mes de despegue sea mucho más fácil y reduzcas tu “sufrimiento inicial” al mínimo 😉
No te olvides de los básicos
Muchas gazellas se lanzan a correr porque el running es un deporte gratuito. Y sí, salir a la calle es gratis, pero no hay que olvidarse de uno de los básicos más importantes: el calzado.
Un error muy común es empezar a correr con zapatillas que no son adecuadas para ello, tirando de las deportivas que tenemos en casa para ir a dar un paseo o para ir al gimnasio. Esto puede provocar dolores de rodilla y varias lesiones típicas.
Por eso, es importante que nunca utilices zapatillas que estén ideadas para otras prácticas deportivas. Elige siempre, siempre, unas especiales para correr. Da igual que sean más caras o más baratas, pero es imprescindible contar un par de buenas zapatillas de running y sólo usarlas para eso.
No se trata de entrenar duro, sino de entrenar de forma inteligente
¡Sin prisa, pero sin pausa!
Otro buen consejo que habrás visto en los entrenamientos de Gazella, es caminar al principio. Sí, has leído bien. Andar y correr es la combinación ideal para ir cogiendo fondo poco a poco.
“¡Pero yo venía a correr!”. No te impacientes, intercalando correr y caminar también consigues los beneficios que conseguirías con una carrera continua, pero pudiendo hacer el ejercicio durante más tiempo y sin fatigarte.
En pocas semanas, los minutos de andar se irán reduciendo progresivamente hasta que puedas estar 20 minutos seguidos corriendo, aunque sea a paso muy lento (ya te preocuparás cuando llegues de mejorar la velocidad). Cuando quieras darte cuenta ya estarás en condiciones de correr sin tanto esfuerzo y empezando a disfrutar de verdad (te lo prometemos, ocurrirá).
Fortalece tu cuerpo
Otro elemento importante que no debes saltarte son los ejercicios de fuerza. Si tu cuerpo no está suficientemente tonificado seguramente pronto aparecerán las lesiones. Así que elige tu lugar favorito (tu casa, el parque o el gimnasio) y ¡a tope con la fuerza! Una rutina de 15 a 20 minutos puede ser suficiente al principio para mejorar la estabilidad de tus articulaciones y formar músculos mucho más preparados para la exigencia de la carrera.
Siguiendo las pautas que te damos, evitarás dejarlo a los pocos días de empezar
Persevera, persevera y persevera
Ser constante con los entrenamientos y estar mentalizada para perseverar pese a las dificultades que tiene empezar, es fundamental para convertirte en una verdadera runner. Para que puedas conseguirlo más fácilmente, te indicamos algunos factores que debes tener en cuenta a la hora de entrenar.
- No importa lo lento que vayas corriendo ni la distancia, lo verdaderamente importante es que corras a un ritmo en que puedas mantener una conversación fluida. Si vas a un ritmo mayor no estás dejando que tu corazón y tu cuerpo trabajen y avancen correctamente.
- No tengas la sensación de haber un hecho un sobresfuerzo cada día que corres, deja un poco de fuerzas para el próximo día y tendrás más ganas de volver a calzarte las zapatillas.
- Cada vez que acabes tienes que realizar los estiramientos adecuados y dedicar un tiempo a relajarte y volver a la calma.
- Para poder correr media hora sin parar necesitarás ser constante, recuerda que correr es muy divertido una vez superada esta primera barrera que puede durar más de un mes dependiendo de los casos, así que intenta no saltarte ningún entrenamiento.
- Hidrátate bien después de correr, es muy importante que tu cuerpo cuente con los líquidos suficientes para recuperar su equilibrio lo antes posible.
¡Y por último! No tengas prisa en ponerte un reto competitivo a corto plazo. Es muy importante tener un objetivo para mantener la motivación, pero es mejor que al principio esos objetivos sean más subjetivos, como aguantar 30 minutos seguidos, correr tres días a la semana con descansos, vencer la pereza cuando no apetece o salir a correr cuando estaba programado llueva, truene o relampaguee… Es decir: pequeñas metas para ti, grandes pasos para la runner que serás en el futuro ?. ¡Tú puedes!