Si lo que más disfrutas de correr es sentir el aire en la cara, disfrutar de la naturaleza o despejar la mente cambiando de paisaje, puede que este artículo no sea para ti. Peeero, si eres de las gazellas que a veces se ponen remolonas para salir a entrenar o de las que a la mínima gota se echan para atrás, descubrir las múltiples ventajas de correr en cinta te va a venir fenomenal.
Porque sea que quieras entrenar siempre en la cinta o solo de vez en cuando, conocer los beneficios que tiene correr en esta máquina te va a mantener motivada. Así que toma buena nota de estas 4 ventajas de correr en cinta para que las recuerdes cuando el cuerpo te pida hacer pellas. Pista: la segunda y la última te van a gustar. 😉 ¡Vamos allá!
Tu entrenamiento no dependerá nunca del clima
“Vaya, está lloviendo, así no puedo salir a entrenar”. Esa es una frase que puedes borrar de tu vocabulario si optas por la cinta de correr. Si vives en una zona con inviernos muy fríos o muy lluviosos, desde luego correr en cinta es una buena alternativa para no acabar mojada de pies a cabeza o congelada cada vez que te toque entrenamiento. Además, si tienes la opción de correr en interior evitarás tener que comprar todo el equipamiento necesario para correr en climas adversos.
Por el contrario, si estás preparándote para una competición, ten en cuenta que el día de la carrera no vas a poder controlar la meteorología, por lo que haber echo algún entrenamiento antes con lluvia ligera, viento o frío, puede ayudarte física y psicológicamente a afrontar la competición si hace mal tiempo.
Corriendo en la cinta podemos controlar la inclinación del terreno y nos aseguramos siempre correr sobre un pavimento ligeramente blando
Es más fácil correr en cinta
Una de las razones más poderosas para elegir la cinta de correr. 😉 Pero ojo, que sea más fácil no significa que utilizarla no cuente como entrenar, simplemente quiere decir que hay muchas variables que puedes controlar. Las cintas cada vez son mejores y logran que correr se haga más sencillo que si lo haces al aire libre, ya que el tapiz de la cinta se mueve siempre de la misma forma y a nosotras nos es más sencillo dar cada zancada. Además, corriendo en la cinta podemos controlar la inclinación del terreno y nos aseguramos que siempre corremos sobre un pavimento ligeramente blando. Al correr al aire libre nos enfrentamos a una orografía del terreno que no siempre es la que queremos, y a distintos tipos de pavimento, algunos demasiado duros, que pueden provocarnos lesiones a largo plazo, como el asfalto.
Nos permite mantener un ritmo concreto
Nada mejor que entrenar en la cinta para mantener siempre el mismo ritmo de carrera, ya que somos nosotras las que indicamos en todo momento la velocidad a la que se tiene que mover el tapiz. Esto viene especialmente bien si estás preparando una carrera larga, ya que te acostumbrarás a mantener un ritmo estable sin tener que esforzarte. Al correr al aire libre, por el contrario, es muy habitual empezar muy deprisa y empezar a ralentizar el paso cuando empiezas a cansarte.
Puede resultar más entretenido
Aunque puede parecer que entrenar en la cinta es más aburrido que al aire libre, muchas máquinas de gimnasio ya cuentan con una tele en la que puedes ver una serie o apoyar el móvil para poder escuchar música o ver vídeos sin tener que cargar con él. Y si la cinta está en tu casa, mejor aún, estarás a un paso del agua fresquita de la nevera y de la ducha.
Ni tan mal, ¿verdad? Como puedes comprobar, la cinta de correr no tiene por qué ser un tostón y siempre puede ser una buena opción para los días en los que el clima no acompaña o en los que prefieres no salir de casa. Si te facilita los entrenamientos, te ayuda a no remolonear, te deja sin excusas y, además, te viene bien para ver esa serie que te tiene enganchada desde hace semanas, ¡pues hala, a utilizarla!
¿Quieres un plus? Además de todas las ventajas ya mencionadas, correr en cinta puede ser una gran opción para empezar a entrenar nuevamente después de una lesión. Ahí lo dejamos. 😉